Los prejuicios y la identidad sexual
DRA. SONIA
La orientación sexual es una perdurable atracción emocional, romántica y/o sexual hacia otras personas. En 1953, el sexólogo Alfred Kinsey, después de encuestar a 12,000 personas de ambos sexos, diseña una escala que va desde la exclusiva heterosexualidad hasta la exclusiva homosexualidad e incluye diversas formas de
bisexualidad.
En EEUU, el 11 por ciento de la población adulta es homosexual, pero sólo el 3.5 por ciento se identifica como tal, según el Williams Institute de la Universidad de California.
La mayoría de los homosexuales descubre su orientación sexual de la misma forma que los heterosexuales. A partir de la adolescencia, la mayoría es sorprendida al descubrirla, y esto ocurre tanto en los heterosexuales como en los homosexuales.
¿Qué hace que una persona sea gay o bisexual?
En la mayoría de las personas, la orientación sexual se moldea a una edad temprana. Las investigaciones recientes revelan que factores genéticos y hormonales desempeñan un papel importante en la orientación sexual de cada persona. Es necesario precisar que muchos/as adolescentes no encuentran su orientación sexual hasta que maduran.
Está comprobado que los seres humanos no pueden elegir ser gay o heterosexual. En la mitad de la infancia y al comienzo de la adolescencia es cuando surge la atracción que formará las bases de la orientación sexual del adulto. Manifestaciones románticas y de atracción sexual pueden aparecer sin ninguna experiencia sexual previa.
Esta etapa de cambios intensos resulta extremadamente compleja para cualquier adolescente, y es mucho más complicada cuando él o ella perciben que son atraídos/as de manera diferente que el resto, lo cual les causa miedo y soledad.
Los prejuicios y la discriminación dificultan que se revele la propia identidad sexual, de modo que reconocerse lesbiana, gay o bisexual puede ser un lento proceso.
¿Qué me pasa?, ¿con quién hablarlo?, ¿me seguirán queriendo? son las angustiadas y dolorosas preguntas que se hacen a sí mismos. Más cuando la familia tiene fuertes prejuicios sexuales o religiosos. Y nunca es fácil, por lo que hablar con un adulto de confianza puede ayudar.
¿Qué dice la ciencia al respecto? Dean Hamer, reconocido genetista, señala la importancia de que la gente comprenda que se trata de diferencias biológicas que no hacen que alguien sea mejor o peor, sino una persona distinta a otra persona.
Algunos gays o lesbianas intentan cambiar su orientación sexual porque sus familias y/o su religión se lo imponen. Pero fracasan.
Es indispensable comprender que la homosexualidad no es una enfermedad, no requiere tratamiento y no puede cambiarse. Muchos gays y lesbianas tienen una vida amorosa y sexual muy plena. Y cuando tienen hijos, los crían tan amorosamente como los heterosexuales. El Censo de EEUU del 2000 indica que 301,026 varones del mismo sexo y 293,365 mujeres viven en pareja en el país. Actualmente las cifras pueden ser mayores.
Para algunas personas gays y bisexuales el proceso de “destape” es difícil, pero para otras no lo es. Revelar la orientación sexual mejora la identidad sexual gay, lesbiana, bisexual, así como la salud y la autoestima.
Que se acepte a gays, lesbianas y bisexuales tendrá una repercusión inmensa sobre millones de personas de todo el mundo que ya no crecerán en entornos que los humillen o maltraten, porque la orientación sexual es el derecho de cada uno. •
La Dra. Blasco es médico, psicoanalista y sexóloga, y autora de ‘Camino al orgasmo’ y ‘Menopausia, una etapa viral’.
Ray Bodymind
Santo Domingo, RD
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