La hepatitis C: prevención y nuevas medicinas
Cuando se habla de hepatitis el término sencillamente indica inflamación del hígado y se refiere a un grupo de enfermedades virales que afectan el hígado. Las más comunes la hepatitis A, la B y la C.
La lista de los tipos de hepatitis puede ser interminable. Pero una a la que se le ha dado relevancia durante el Día Internacional de la Hepatitis, celebrado el 28 de julio, es a la hepatitis C.
El virus de la hepatitis C (HCV) se considera, de acuerdo con los Centros de Control de Enfermedades en Estados Unidos, la enfermedad más común transmitida a través de la sangre. Aproximadamente 3.2 millones de personas padecen de la infección de manera crónica y cerca del 75 por ciento no lo sabe. Pueden pasar décadas para que los síntomas clínicos sean evidentes.
“El hígado es un órgano muy fuerte y se regenera fácilmente y aún afectado puede funcionar por años. Muchas personas con el virus, cuando vienen a la consulta, tienen demasiado avanzada la enfermedad y es poco lo que se puede hacer”, dice el doctor Leopoldo R. Arosemena, profesor asociado de medicina de University of Miami School of Medicine.
Arosemena es, además, hepatólogo e internista con una subespecialidad en trasplantes de hígado, que ejerce su práctica en University of Miami Center For Liver Diseases.
A largo plazo, la hepatitis C puede causar daños y cicatrices recurrentes en el hígado y posteriormente degenerar en cáncer, que se considera la causa más prevalente de trasplantes de hígado en Estados Unidos.
El rol del contacto sexual como factor de transmisión es aún controversial. “Aproximadamente un dos por ciento de riesgo se puede presentar por sexo anal, donde se puede implicar el contacto de heridas con sangre contaminada”, explica el especialista.
“Tengo como pacientes matrimonios que llevan muchos años de casados y me dicen que han llevado una vida sana y sin excesos y no entienden como se han contaminado”, agrega.
La razón es que la hepatitis C puede tener múltiples vías de transmisión. Según explica el especialista, el compartir agujas en el uso de drogas intravenosas, los tatuajes y los piercing en lugares donde no se utilizan medidas de prevención, el compartir el cepillo de dientes o la navaja o máquina de afeitar con personas contaminadas. La afeitada muchas veces implica pequeñas heridas. También las manicuras y pedicuras con instrumentos que no han sido debidamente desinfectados.
“Los que venimos de America Latina tenemos otros factores de riesgo, como trabajos dentales donde el instrumental no estaba debidamente esterilizado, el uso de jeringuillas de vidrio que se hervían, y ese hervor no mata el virus, entre otros factores”, enumera Arosemena.
“Los hispanos también tenemos otros factores en contra que hacen más severa la enfermedad, como la tendencia a tener un hígado graso, la diabetes y el colesterol alto”, agrega.
También se ha determinado como factor de riesgo el haber recibido transfusiones de sangre antes de 1992, cuando no había un examen estricto de la sangre.
Durante el Día Internacional de la Hepatitis, además de hacer énfasis en la importancia de prevención y de obtener un diagnóstico, se puso en contexto las nuevas medicinas que cambiarán el tratamiento de la hepatitis C y lo que significa para millones de personas que sufren de esta enfermedad.
“La prevención empieza por evitar los factores de riesgo, así como incluir, dentro de los exámenes de rutina, una prueba de las enzimas hepáticas. Si están altas es el primer signo de alerta para empezar a buscar la razón”, recomienda Arosemena.
El tratamiento a tiempo es importante para frenar el daño que hace el virus al hígado con la inflamación severa y la formación de cicatrices.
“Existen muchas drogas experimentales para atacar la hepatitis C en diferentes etapas y otras acaban de ser aprobadas”, indica.
Entre ellas, menciona la aprobación de la nueva medicina C, Incivek (telaprevir) por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés).
Incivek se espera que duplique las posibilidades de cura de la enfermedad y acorte el tratamiento, que en la actualidad puede tomar hasta año y medio. Algunos de los estudios fueron publicados en junio en New England Journal of Medicine.•
Ray Bodymind
Santo Domingo, Rep. Dom.
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