8 de septiembre de 2008

MENOPAUSIA ( 3ra parte )

how is my background

MENOPAUSIA ( 3ra parte )

Tratamiento:

Los síntomas se tratan restituyendo los niveles de estrógenos a
unas cifras similares a las de la premenopausia. Los principales
objetivos de la terapia de reposición de estrógenos son los
siguientes:

- Aliviar síntomas como los sofocos, la sequedad vaginal y los
trastornos urinarios.

- Prevenir la aparición de la osteoporosis

- Prevenir la aterosclerosis y las enfermedades de la arterias
coronarias.

Los estrógenos se presentan en forma no sintética (natural) o
sintética (producida en laboratorio). Los estrógenos sintéticos son
cien veces más potentes que los naturales y, en consecuencia, no
es recomendable su administración a mujeres menopáusicas, ya
que con dosis muy bajas de estrógenos naturales ya se evitan los
sofocos y la osteoporosis. Así mismo, las dosis muy altas pueden
causar problemas, como un aumento en la tendencia a sufrir
migrañas.

Los estrógenos se administran en forma de comprimidos o de
parches cutáneos (estrógenos transdérmicos). También pueden
aplicarse en la vagina en forma de crema cuando las razones
principales para su uso son evitar el adelgazamiento de la
superficie de la pared vaginal (lo que reduce el riesgo de infecciones
urinarias e incontinencia) y evitar dolor durante el coito. Parte de los
estrógenos administrados se absorben y pasan a la sangre, sobre
todo a medida que mejora el revestimiento vaginal.

Debido a que los estrógenos provocan efectos secundarios y
conllevan riesgos a largo plazo, al mismo tiempo que beneficios, la
mujer y su médico deben sopesar los beneficios y las desventajas
antes de decidir la administración de una terapia de reposición de
estrógenos. Los efectos secundarios incluyen náuseas, malestar
en las mamas, dolor de cabeza y cambios del estado de ánimo.

Las mujeres posmenopáusicas que toman estrógenos sin
progesterona tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de endometrio
(cáncer del revestimiento interior del útero); la incidencia es de una
a cuatro de cada 1 000 mujeres al año. El aumento está en estrecha
relación con la dosis y la duración del tratamiento. Si una mujer
presenta una hemorragia anormal por la vagina, puede realizarse
una biopsia (obtención de una muestra de tejido para ser examinada
al microscopio) del revestimiento interior del útero para determinar
si tiene cáncer de endometrio. Las mujeres que padecen esta
enfermedad y que están tomando estrógenos en general tienen un
buen pronóstico: alrededor del 94 por ciento sobrevive 5 años. La
administración de progesterona junto a los estrógenos elimina casi
totalmente el riesgo de padecer cáncer de endometrio, y lo reduce
aún más en las mujeres que no toman estrógenos (una mujer a la
que se le ha extirpado el útero no puede desarrollar este cáncer).
La progesterona no parece anular los efectos beneficiosos de los
estrógenos sobre las enfermedades cardiovasculares.

Una cuestión importante es si el hecho de tomar estrógenos
aumenta la incidencia del cáncer de mama. Sin embargo, no se ha
demostrado de forma evidente ninguna asociación entre el
tratamiento sustitutivo con estrógenos y el cáncer de mama.
El riesgo de cáncer aumenta cuando se toman estrógenos durante
más de 10 años. La mujer con un riesgo elevado de desarrollar
cáncer de mama no debería tomar estrógenos. No obstante, para
las mujeres proclives a sufrir osteoporosis y enfermedades del
corazón y para aquellas con poco riesgo de desarrollar cáncer de
mama, el beneficio obtenido gracias a la terapia con estrógenos
compensa con creces los posibles riesgos.

El riesgo de contraer una enfermedad de la vesícula biliar durante
el primer año del tratamiento sustitutivo con estrógenos está
aumentado discretamente.

En general, la terapia sustitutiva con estrógenos no se prescribe
en mujeres que tienen o han tenido cáncer de mama o un cáncer de
endometrio avanzado, que presentan hemorragias genitales de
causa desconocida o que tienen una enfermedad hepática grave o
alteraciones en la coagulación sanguínea. Sin embargo, a veces los
médicos administran estrógenos a mujeres que fueron tratadas por
un cáncer de mama en sus primeras fases y que no sufrieron ninguna
recidiva al menos en los últimos 5 años. En general, la terapia
constitutiva con estrógenos no está indicada en casos de enfermedad
crónica del hígado o de porfiria aguda intermitente.

A las mujeres que no pueden tomar estrógenos se les pueden
prescribir fármacos ansiolíticos, progesterona o clonidina para
reducir el malestar que provocan los sofocos. Los antidepresivos
también alivian la depresión, la ansiedad, la irritabilidad y el insomnio.

Ray Bueno
Miami, Fla. USA

"Todos estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo molde".