27 de octubre de 2008

CANGREJOS DOMINICANOS

crab!.jpgAlineación al centro


LOS CANGREJOS DOMINICANOS
Por; Nery Estéve z - Psicóloga clínica.

Todo hombre y mujer que se precie de serlo, siente el orgullo
por su nacionalidad, cual que ésta sea. Vive cada día el aprecio
por su país, por sus raíces, por su cultura y sobre todo..….. por
su gente. Vibra de emoción ante las notas gloriosas del canto a
la patria o siente una emoción muy especial por sus colores
nacionales. Se identifica con el logro de su pueblo y se conmueve
hasta las lagrimas cuando alguno de aquellos y aquellas que
comparten su nacionalidad, logran destacarse en cualquier
quehacer que ponga el alto el nombre de la tierra que les vio nacer.

Y, los dominicanos y dominicanas no somos la excepción, por
el contrario, hemos hecho de la dominicanidad…una marca de
fábrica, algo tan especial que……quizás de manera infantil…..
proclamamos como algo “único”, tan sublime que decimos;
medio en broma pero creyéndolo firmemente en nuestro
fuero interno; que….”Dominicana es La Tierra de Dios” o,
como diría una persona identificada como “Negra Bella”
en uno de los tantos lugares de intercambio entre dominicanos y
dominicanas en la Web….”Ser dominicano es un orgullo, es
ser una persona de lindo corazón, cariñosa y sobre todo :
solidaria con los demás”. O, como diría, en ese mismo sitio,
alguien identificada como Rosy Jiménez, ....”Ser DOMINICANO,
ES MAS QUE UNA NACIONALIDAD, ES UN SENTIMIENTO! .

Es tener un calor humano único e inigualable, es hacer
una fiesta con nuestras desgracias, es reir, brincar y saltar
cuando todo parece incierto. Es esa capacidad de sobreponernos
a las vicisitudes en el menor tiempo posible! Es algo que
quieren muchos, pues el país esta lleno de inmigrantes que
vienen y no se van ni matao!”.

Y como los ejemplos arriba citado, podríamos
encontrarcientos, miles de testimonios, millares de ejemplos
de lo que nuestra gente siente en su corazón sobre lo que es….
”SER DOMINICANO”. Lo que si he constatado de manera
fehaciente es el sentimiento que prima en cada uno : Lo especial
de serlo. La gracia divina que poseemos al compartir con Duarte,
Anacaona, Mella,Enriquillo, Sánchez, Canoabo, Luperón, Patria,
Minerva, María Teresa, Mamá Tingó o la más humilde
trabajadora del campo que arranca con sus manos a la Madre
Tierra el sustento para el fruto de su vientre que espera en un
ranchito de yagua el pan ganado de manera digna y honrada.
Ser dominicano, ser dominicana es…….un regalo divino.

Y, estaría dispuesta a apostar “peso a morisqueta” como
decía mi padre, a que….todos y todas y cada uno y una de
ustedes…están de acuerdo conmigo. De eso no tengo duda.
Ante esta realidad que para mi, no necesita demostración,
estoy desconcertada (por no decir…horrorizada, asombrada,
con un sentimiento de incredulidad que me hace sentir a ratos
unas nauseas profundas y sentidas) ante una situación que me
asombra profundamente y me desconcierta: La actitud de
encono, la conducta de desprecio, las manifestaciones de odio,
maledicencia y calumnias que manifiestan algunos dominicanos
y dominicanas ante otros dominicanos y dominicanas
residentes en La Florida.

Me he quedado pasmada al comprobar, como se olvida
todo ese sentimiento de solidaridad y amor que evoca el
compartir la nacionalidad dominicana, cuando de intentar
menoscabar el buen nombre o la valía de otro u otra compatriota,
por el simple hecho de simpatías personales, intereses particulares,
ambiciones retardadas, expectativas no cumplidas, diferencias
políticas o partidarias o simplemente: por envidia, rencor,
pequeñez mental o mediocridad vivencial.

Cuando llegué hace un tiempito a La Florida, me
regalaron un libro titulado “Como perros y gatos: dominicanos
en La Florida”. Lo tomé como una …”dominicanidad” más,
pero…el tiempo me ha demostrado que detrás de ese simple título,
subyace tristemente, algo de verdad. Lo penoso es que, estoy
firmemente convencida de que esos y esas: son los menos. Pero
esos menos, son los que menoscaban nuestra nacionalidad, los
que olvidan que por sus venas corre la misma sangre café con
leche que nos hace una raza de hombres y mujeres que
tradicionalmente nos hemos sabido sobreponer a nuestras
diferencias personales y limitaciones como país en desarrollo,
para crecernos en las dificultades y hacer que los milagros
sucedan en esa bendita “media isla situada en el mismo
trayecto del sol”.

Esos menos, son los que inundan las secciones de
comentarios de los medios digitales de comunicación, con toda
sarta de groserías, insultos, diatribas y mentiras que nos hacen
ver como salvajes, cuales caníbales que sólo les impulsa el id
primitivo de su personalidad, que sólo responde al “aquí y el
ahora”, al “principio del placer” ,sin medir la capacidad de
dañar la imagen de todos y todas, por el simple hecho de dar
rienda suelta a sus impulsos más nocivos y a sus propias
carencias y deficiencias.
Hace unos días, conversaba con un señor dominicano,
que peina canas ya y al cual conocí hace poco acá en La Florida
y al llegar a este tema y expresarle mi profunda confusión y crítica
por esta y otras situaciones similares y,…..”como más sabe el
diablo por viejo que por diablo”, me respondió de la siguiente
manera: “Le voy a contar un cuento que quizás le ayude a
comprender………: - Una vez, había un vendedor de cangrejos
que tenía sus cangrejos divididos en tres latas grandes. En uno
había un letrero que decía ‘CANGREJOS CUBANOS” y
estaba tapada.

La segunda, tenía un letrero que decía “CANGREJOS
NORTEAMERICANOS” y estaba tapada también. La
tercera decía “CANGREJOS DOMINICANOS” y estaba
destapada. Uno de los compradores le preguntó porque tenía
los cangrejos dominicanos destapados y los otros no.
El vendedor le respondió :" PORQUE LOS DOMINICANOS
SON LOS UNICOS QUE CUANDO UNO QUIERE SALIR DE LA LATA…..TODOS, A UNA, SE LE RESGUINDAN DE LOS
PIES Y SE LO IMPIDEN”....

Ray Bueno
Miami, Fla. USA

"El libro es un alimento, que no tiene fecha de caducidad."