21 de enero de 2009

EL ENOJO Y SUS CONSECUENCIAS..

Foto by Glennis ( atardecer en el malecon, Santo Domingo, Rep. Dom)


EL ENOJO Y SUS CONSECUENCIAS.....

Unos de los sentimientos más frecuentes en el ser humano
es el del enojo. Existen personas que parecen que viven
constantemente en este estado, y por supuesto son con las
cuales no quisiéramos estar y les sacamos la vuelta. Pero la
verdad es que todos nos enojamos en ocasiones por algo
que alguien nos hace, según nuestra percepción, por algo
que no nos hacen, o por algo que nosotros mismos hicimos
o dejamos de hacer.

El sentir enojo o ira es normal. La respuesta que le damos a
este sentimiento es lo que marca la gran diferencia. Aquí el
gran problema puede ser que cada vez que nos enojamos,
nos dejemos llevar en automático por este sentimiento y no
seamos capaces de ver más allá de nuestras narices, pues
le damos el poder a algún hecho ocurrido en nuestro entorno,
que nos empieza a hacer sentir como una olla a presión a
punto de explotar, lo cuál nos está impidiendo ver más allá de
nuestras narices.

Muy a menudo el enojo se acompaña de pensamientos de
venganza y esto nos puede llevar a humillar, criticar, juzgar
peyorativamente, ofender, fastidiar y hasta a odiar a otra
persona, sintiendo culpa por ello, o haciéndonos cada vez
menos humanos e incapaces de convivir en el mundo, pues
nos vamos encasillando en un caparazón blindado donde no
dejamos penetrar a nadie y nos empezamos a aislar de la
realidad y a vivir en el infierno.

Las consecuencias de nuestro enojo, dependiendo del grado
que manejemos, pueden llegar a ser muy importantes. Por
ejemplo, si en el trabajo el jefe, la secretaria o algún empleado
hace algo que me molesta y me causa enojo, si yo no soy capaz
de manejarlo, puedo trasladar este sentimiento a mi casa con
mis hijos, mi esposa, mi madre, etc., causando un deterioro en
las relaciones familiares, y organizando una guerra donde no
hay necesidad, ya que estoy haciendo que paguen justos por
pecadores.

O al revés, si el enojo es en casa, me lo llevo al trabajo, y ahí es
donde yo lo exteriorizo, provocando conflictos con mis
compañeros, mi jefe o mis subalternos que no van a llevar a
nada bueno.

En el ámbito de la salud, el enojo, al igual que cualquier otro
sentimiento negativo nos hace daño repercutiendo en nuestro
bienestar físico ya que la química de nuestro organismo pierde
el equilibrio, y nuestro cuerpo empieza a descargar adrenalina
y cortisol para recuperarlo. Las descargas frecuentes de estas
substancias deterioran el sistema inmunológico entre otras
cosas, por lo que somos presas fáciles de enfermedades tales
como gastritis, dermatitis, colitis o síntomas desagradables
como dolor de cabeza que puede convertirse a la larga en
migraña. ¿Conoces a alguien que está constantemente
enfermo? Observa qué clase de carácter tiene, seguramente no
ha podido manejar algún sentimiento negativo en su vida, no
necesariamente es el enojo, pero es el tema que nos ocupa
por ahora.

Programación Neurolingüística nos dice que todos tenemos los
recursos necesarios a cada momento. Esto quiere decir, que si
somos conscientes de esto, somos capaces de manejar
situaciones y sentimientos que nos afectan negativamente.

Ante un enojo que no puedes manejar, haz lo siguiente:

1. Respira profundamente 2 o 3 veces cerrando tus ojos

2. Explora tu cuerpo y date cuenta en qué parte se encuentra
básicamente este enojo, generalmente se encuentra en pecho,
plexo solar, o vientre

3. Ahora que lo tienes localizado, ponle un color negro, como
si fuera un humo negro que se instaló en ese lugar

4.- Empieza a respirar profundamente, dándote cuenta cómo va
saliendo cada vez que exhalas

5. Continúa hasta que este sentimiento se haya calmado o
desaparecido de tu cuerpo

6. Ahora siente la tranquilidad y la paz en tu cuerpo por unos
segundos y date cuenta de que tú puedes tener el control sobre
tus sentimientos

7. Abre tus ojos y observa al mundo que te rodea desde otro
punto de vista más amable, aceptando el hecho de que ninguna
persona puede hacerte enojar

Después de haber hecho este ejercicio, que es muy fácil ya que
se puede hacer en cuestión de pocos minutos, por ejemplo
retirándose al baño o a algún lugar donde puedas estar sólo,
regresa a la persona que te hizo enojar y, si es buen momento,
en el que la otra persona esté calmada, dile qué te enojó o
enfadó de su actitud o comentario. Explícale el porqué y
probablemente te sorprenderás de la respuesta, ya que lo más
seguro fue que interpretaste mal su actitud y sus motivos, o
quizás ella está arrepentida por haber sido tan intempestiva y
agradece la oportunidad de poder disculparse.

Además dice el librito: " Quien se enoja, pierde" .

Cuando tú ofendes a un ser querido o a alguién, bajo un
arrebato de ira, aunque después tú pidas perdón, las
cicatrices van a quedar. Los sentimientos son como un cristal,
después de estar quebrados no son los mismos.

Ray Bueno
Miami, Fla. USA