14 de mayo de 2009

Los síntomas de un ataque cerebral

Peter Kohama

NUEVA YORK

Más de 780,000 personas sufren ataques cerebrales cada año en EEUU y dado que requieren atención inmediata es importante que se aprenda a reconocer los síntomas para salvar una vida, según el Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas y Parálisis Cerebral.

Los ataques cerebrales son la principal causa de discapacidad y la tercera causa más frecuente de muerte en este país y el riesgo de sufrirlo se duplica cada diez años a partir de los 55 años y la mayoría ocurre en mayores de los 65 años porque a esa edad es más frecuente la diabetes, hipertensión y fibrilación auricular.

''La gente va desarrollando esto durante los años y empieza a tener presión alta a los 40, 50 años y el efecto en las arterias se va notando diez y quince años después. Es simplemente debido a que las alteraciones se van notado a lo largo de muchos años'', explicó a Efe el neurólogo José G. Merino, que trabaja en investigaciones con el Instituto, con sede en Washington.

Sin embargo, también pueden ocurrir en niños y jóvenes, aunque no es usual, aclaró el galeno, portavoz para la comunidad latina de la campaña que el Instituto ha lanzado al celebrarse en mayo el Mes Nacional de la Parálisis Cerebral.

La campaña busca educar a la población sobre el tema y, sobre todo, a aprender a reconocer cuando ocurre un ataque para ofrecer la ayuda necesaria porque quien lo sufre no se da cuenta de lo que pasa.

Los síntomas más comunes de un ataque cerebral son adormecimiento o debilidad repentina en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo; confusión repentina; problemas de hablar o entender lo que otros dicen; problemas repentinos de visión en uno o ambos ojos y para caminar; mareos; pérdida del equilibrio o coordinación y dolor de cabeza repentino e intenso, sin causa aparente.

Estos síntomas pueden continuar por un corto o largo plazo y a veces pueden desaparecer.

Un ataque cerebral ocurre cuando el flujo de sangre, transportado por arterias y venas a partes del cerebro, es interrumpido por un coágulo que obstruye el paso, que puede venir de las arterias o el corazón "como un tapón'' y que es el mas común, con el 80 por ciento de los casos que se registran, señaló Merino.

''El 20 por ciento de los casos ocurre lo que se llama hemorragia cerebral, lo que comúnmente se llama derrame, y es cuando los vasos sanguíneos del cerebro se rompen y derraman sangre en las áreas que rodean a las células del cerebro'', explicó el galeno, natural de Ciudad México, de donde emigró hace 15 años para realizar su práctica.

Agregó que muchos de los coágulos pueden ser comunes en gente que tiene una alteración del ritmo del corazón, que se llama fibrilación auricular, donde el corazón no late normalmente llevando a que se creen coágulos en su interior y salen a través de la aorta hacia las arterias del cerebro.

Los pacientes de insuficiencia cardíaca corren el riesgo de la formación de coágulos.

Cuando ocurre un ataque las células del cerebro comienzan a morir porque no reciben más el oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar, lo que puede conllevar que el cerebro se dañe causando leves o graves discapacidades físicas y mentales, algunas de éstas de forma permanente.

Es por ello que Merino insistió en que es importante que se conozcan los síntomas para que llame de inmediato al servicio de emergencias 911 y si no habla inglés, debe mencionar la palabra "stroke'' al operador para que se preste la ayuda necesaria.

Una persona que haya sufrido un derrame puede tener la experiencia nuevamente, aclaró, y agregó que ello ocurre porque existe la predisposición que le llevó a sufrirlo la primera vez: fibrilación auricular, hipertensión o diabetes.

''Por eso es bueno que personas con esas condiciones sean mucho más agresivas en cuanto al control de los factores de riesgo'', dijo.

Sufrir de hipertensión, diabetes, fumar, problemas cardíacos, colesterol alto y el sobrepeso son factores de riesgo que podrían llevar a una persona a sufrir un ataque cerebral por lo que Merino recomendó llevar una vida activa con ejercicios, comer saludable.

Aunque los ataques cerebrales ocurren tanto en hispanos como en blancos no hispanos, el riesgo entre los latinos es mayor y entre los factores de riesgo se señalan la presión arterial alta y diabetes, aunque aún está bajo investigación.

Ray Bueno

Miami, Fla. USA