17 de octubre de 2008

ESTAMOS CRIANDO VAGOS.......

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ESTAMOS CRIANDO VAGOS
Por Cesar Mella, Psiquiatra

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos
a la escuela. Se levantan irritados pues se acuestan muy
tarde hablando por teléfono o conectados a la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos
ponen un dedo en nada que tenga que ver con 'arreglar
algo en el hogar'.

Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles 'defectos' a sus
padres a los cuales acusan a diario de que 'están pasaos'.

No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas
costumbres, pues consideran que ya lo saben todo.

Hay que darles su 'semanal' o mesada de la que se quejan a
diario porque 'eso no me alcanza'.

Si son universitarios siempre inventan unos paseos de
fin de semana que lo menos que uno sospecha es que
regresarán con un embarazo o habiendo fumado un
pito de marihuana.

Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se
aleja cada vez más, pues aún el di­a en que consiguen
un trabajo hay que seguir manteniéndoles.

Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos
de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre
los 14 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen
de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor
de cabeza.

¿En que estamos fallando?

Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta el orgullo
reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar
las vacas con el abuelo; que tení­an que limpiar la casa;
que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y
repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de
costura la ropa que elaboraba nuestra madre o
tení­amos un pequeño salario en la Iglesia en donde
ayudábamos a oficiar la Misa cada madrugada.

Lo que le pasó a nuestra generacion es que elaboramos
un discurso que no dió resultado: '¡Yo no quiero que mi hijo
pase los trabajos que yo pasé!'.

Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando,
a los 10 años ya habí­an ido a Disney World dos veces
cuando nosotros a los 20 no sabí­amos lo que era tener
un pasaporte. El 'dáme' y el 'cómprame' siempre fué
generosamente complacido y ellos se convirtieron en
habitantes de una pensión con todo incluido que luego
querí­amos que fuera un hogar.

Al final se marchan al exterior a la conquista de una
pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la
cosa 'se les aprieta' en su nueva vida.

Los que tienen hijos pequeños pónganlos los domingos
a lavar los carros y a limpiar sus zapatos. Un pago
simbólico por eso puede generar una relación en sus
mentes entre trabajo y bienestar.

Las hembritas deben desde temprano aprender a lavar,
planchar, cocinar para que entiendan la economí­a
doméstica en tiempos que podrí­an ser mas difí­ciles.

La musica metálica, los conciertos, la tele, la moda y
toda la electrónica de la comunicación han creado un
marco de referencia muy diferente al que nos tocó.

Estamos compelidos a revisar por los resultados si
fuimos muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado
tanto que el cuido de nuestros hijos queda en manos
de las domésticas y en un medio ambiente cada vez mas
deformante.

Ojala que este mensaje llegue a los que tienen 'muchachos
chiquitos' pues ya los abuelos pagaron la transición...

Ray Bueno
Miami, Fla. USA

"Tu vida cambia, cuando tu decides cambiar"