28 de enero de 2008

CONSEJOS: NUTRICIONAL PARA JOVENES


Nutrición para jóvenes

Los adolescentes de uno y otro sexo pasan por un periodo
de crecimiento rápido
que lleva al máximo sus
necesidades de nutrientes. Los varones crecen
10 centímetros como máximo al año y las mujeres
un poco menos. En consecuencia las demanda de
alimentos es grande, aunque proporcional al peso corporal.

Es la segunda etapa de gran crecimiento físico en el
hombre, después de los tres primeros meses de vida.

La alimentación en un adolescente es por lo general
irregular en tiempos, cantidad y calidad. Los
refrigerios constituyen parte significativa de su comidas
totales. Tales refrigerios consisten principalmente
en comidas y bebidas muy ricas en fosfatos, sodio
y carbohidratos simples (azúcares)

En parte estos refrigerios son un intento de saciar su
voraz apetito. Además, compartir los alimentos con
sus amigos y hacer a un lado las reglas de los
adultos son parte de la manera de alimentarse
que tienen los adolescentes. Tales hábitos dan
origen a dietas poco balanceadas y elevan el riesgo de
caries dental. En esta época se adquiere fácilmente
el hábito de consumir muchas calorías y pocos nutrientes.

A pesar de la legislación de carácter preventivo, en
este grupo de edad puede presentarse la ingestión de
bebidas alcohólicas. Cuando esto ocurre
de manera excesiva y continua, casi siempre se
presentan problemas dentro
de la familia y esta situación puede agravarse con
las presiones sociales y de los amigos.

La carencia de nutrientes más común en la adolescencia
es la de hierro. Contra la opinión generalizada, la falta
de hierro en la sangre o anemia se presenta tanto en
uno como en otro sexo, aunque esta deficiencia predomina
en las mujeres adolescentes. Los intentos de adelgazar y
tener una figura más o menos esbelta son poco frecuentes
en los varones adolescentes, que en general están
dedicados a incrementar su talla y su constitución física.

En las mujeres adolescentes sucede lo contrario.
Aunque la tendencia es que estas presiones por la figura
se presenten a menor edad, por fortuna se observan
con mayor frecuencia entre las niñas de 16 a 18 años.
Esta obsesión por el peso y la apariencia reduce
el consumo de nutrientes como los minerales
de zinc, cobre y manganeso, entre otros.

Ray Bueno
Miami, Fla. USA

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